El mes de agosto ha sido un mes muy negativo para las bolsas europeas en general y para la española en particular, debido fundamentalmente a la crisis que se está viviendo en las divisas y los bonos de la mayoría de países emergentes, destacando especialmente Turquía y Argentina, que están sufriendo devaluaciones de sus monedas cercanas al 50% frente al dólar y al euro, y subidas de los tipos de interés de sus bonos en Euros de largo plazo a niveles cercanos al 10%. Esto va a suponer para estos países un fuerte enfriamiento económico, una subida de la inflación y la
posibilidad de un impago de la deuda para sus empresas e incluso para el propio país. La fuerte relación económica de las empresas españolas con Argentina y con Brasil, país que también se ha visto afectado, aunque en menor medida, ha supuesto una mayor caída del Ibex frente al Eurostoxx.
Por otro lado, los inversores, a pesar de los buenos resultados publicados por la compañías en el primer semestre, están empezando a temerse que esta tormenta que por ahora solo afecta a los países emergentes, acabe afectando a las economías occidentales, por lo que se continua castigando a los sectores más cíclicos, como financieras, materias primas y automóviles y comprando los sectores más estables, como eléctricas y farmacéuticas, al igual que en el mercado de renta fija se está viviendo una situación de búsqueda de refugio en los valores de mayor calidad, con subida
del precio de sus bonos y por el contrario una caída en el precio de los bonos (y por tanto un aumento de la rentabilidad) de las empresas y países con un peor rating.
La evolución del fondo durante este mes ha sido una bajada de 0,8% frente a la bajada del 4,8% del Ibex y del 2% de nuestro índice de referencia.