Recientemente hemos construido nuestra posición en Prosegur Cash, filial del gigante de seguridad encargada del transporte de efectivo. Es una compañía que llevábamos años siguiendo pero que nos parecía que estaba a un precio elevado. No obstante, la reciente caída por su exposición a Argentina –dónde su matriz ha ganado y perdido mucho dinero a lo largo de su historia– nos ha llevado a entrar en la compañía.
Prosegur Cash es una compañía que opera en un mercado duopolístico o –a lo sumo– oligopolístico en los países donde opera. Cuenta con elevadas barreras de entrada y la saturación de red que le caracteriza le permiten incrementar significativamente los márgenes del negocio. Es decir, le da poder de negociación de precios con los clientes, algo bastante inusual.
Es, además, una empresa con un accionista de control familiar en medio de un entorno macroeconómico, como el actual, favorable. La deuda la vemos controlada, y asumible con unos contratos a medio plazo con clientes de primer nivel. En suma, un modelo de negocio resistente, como nos gusta.
Otro factor que nos ayudó a tomar la decisión de comprar acciones de Prosegur Cash para nuestros fondos de inversión B&H Flexible y B&H Acciones Europa, así como para el plan de pensiones B&H Jubilación, es el aumento generalizado del cash en el mundo.
La realidad nos dice que ni las tarjetas de plástico ni PayPal ni el auge del comercio electrónico amenazan por ahora al auge del efectivo. El valor y la cantidad de los billetes en circulación en el mundo lleva más de cinco años subiendo, y sólo el año pasado se incrementó de media el 4%. Si a eso sumamos una valoración por PER (veces que el beneficio está contenido en el precio de la acción) estimada para 2018 de 15,5 veces, le vemos un recorrido más que razonable a los títulos del grupo.